Reseña: El secreto del orfebre

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Reseña de "El secreto del orfebre" de Elia Barceló

Autora: Elia Barceló
Páginas: 128
Editorial: Roca Editorial
Primera publicación: 2003
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La verdad por delante: 0% objetivo, 100% David. A mí Elia Barceló me fascina. Me parece que tiene una prosa de lo más cercana y ágil, y todo lo que crea cuenta con una capa adicional de realismo y credibilidad que da igual que esté hablando de extraterrestres o de un señor que llega un día de tormenta a Villatempujo de arriba. Y de eso último va exactamente El secreto del orfebre. De un señor que vuelve al pueblo en que nació después de haber hecho carrera en Madrid y antes de un viaje a Nueva York para exponer sus joyas. Porque el señor es orfebre, claro.

Cuando pensé en esta reseña lo primero que me vino a la mente fue que era injusto haberlo leído precisamente después de “Así se pierde la guerra del tiempo” por las comparaciones que pudieran aparecer en mi cabeza. Injusto para el otro, claro. Luego caí en la cuenta de que la reseña de “Así se pierde la guerra del tiempo” la hice sin haber leído aún este, así que mi valoración en ese caso no estaba influida por el síndrome de Stendhal en que me he quedado sumido tras acabar “El secreto del orfebre”. Pero empecemos con él ya:

Historia

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

La historia no es gran cosa, o sí: Pablo es un hombre de algo más de mediana edad que vuelve al pueblo en que nació. Recuerda, a modo de flashbacks intermitentes, aquella vez que, siendo él un chaval, tuvo una esporádica relación con Celia, una mujer mayor que él, de la que quedó impactado hasta día de hoy. Y Celia, de la que no tenemos su punto de vista*, también tuvo una relación fugaz pero que dejó mucha huella en ella.

Y Pablo se encuentra con Celia, pero no; y Celia se encuentra con Pablo, pero no. Cómo os quedáis, ¿eh?

No voy a decir nada más aunque pronto ya ves por dónde va la cosa pero, si a alguien le pilla algún giro de sorpresa, mejor para él. Eso no es lo importante. ¿Conocéis la chorrada esa de que no importa el destino, sino el viaje? Pues, en este caso, no es ninguna chorrada. Puedes ver desde la página 1 por dónde van los tiros y no importa. Aquí se cuenta, de una forma exquisita, melancólica, frustrante y desgarradora, una historia de amor en tres épocas.

Se habla del paso del tiempo, de los recuerdos, de la marca que deja la gente en nosotros. Es una historia original pero breve, brevísima, pero un tema eterno. Y, salvo que seas un sociópata sin alma, sabrás valorarla. Fíate de mí por una vez, dale.

Ambientación

⭐️⭐️⭐️⭐️

El pueblo castellano de Umbría es un pueblo español de los años 50 y un pueblo español de los años 70. Y la característica “pueblo español” común no hace que todos sean iguales, pero hay muchos elementos comunes. Y, entre los 50 y los 70, tampoco hay TANTAS diferencias, al menos de las que afecten al lector a la hora de sumergirse en la ambientación.

Ojo, igual es porque para mí los 50 es “antes de que yo naciera” y los 70 es “antes de que yo naciera” y, aunque uno conoce la historia reciente de nuestro país y los cambios socioeconómicos y culturales, tengo que fiarme de lo que diga aquí la autora e imaginarlo todo. Tomo nota para preguntar a alguien que haya vivido ambas épocas por la ambientación.

Con todo, la prosa de Elia (ver apartado Narrativa y estilo) consigue que todo sea muy mundano, no en el aspecto negativo de la palabra, sino como algo que perfectamente podría existir (Umbría es un nombre de pueblo muy bonito, pero inventado). Insisto: no soy objetivo con esta novela. Ni con la autora.

Personajes

⭐️⭐️⭐️⭐️

Pablo y Celia son los únicos personajes que realmente tratamos en toda la obra, aunque en distintas versiones de ellos. Si bien es cierto que únicamente conocemos el punto de vista de Pablo* (sí, es el mismo asterisco de antes, lo veréis abajo) y su sufrimiento, el de Celia nos lo podemos imaginar. Si alguna vez has echado de menos a alguien hasta el punto de que creías que ibas a morirte por su ausencia, sabes de qué te estoy hablando.

Es por esto que los personajes no son los mismos en ninguna de sus versiones y, aunque no abundan las descripciones típicas “Pablo era así y asá, vestía tal cosa”, “Celia tenía los ojos así, y el pelo tal y cual”, por sus acciones los entendemos más que de ninguna otra forma. Y no hace falta más. Y no sé si Celia era rubia o morena (en mi mente era morena), o no recuerdo siquiera si se menciona, pero da igual. Lo importante es conocerlos por dentro. La forma que tienen de amar, la forma que tienen de echar de menos, la forma que tienen de temer.

Narrativa y estilo

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

No hay sombreros suficientes en el mundo para quitarme ante esta obra que es, desde que la leí, una de mis favoritas, de la autora, de viajes en el tiempo y del mundo mundial. Así lo digo. Y creo que es, en gran parte, por lo bien escrita que está. Porque no es solo que la prosa sea magnífica (eso lo podemos ver en otros libros de Elia Barceló, en los múltiples géneros que toca), que también, sino por lo bien que está tratado el tema.

Porque el acercamiento al tema que hay detrás de una novela (y ahora me pongo las gafas de pasta) es, en este caso, lo que más brilla de todo. La ausencia, el paso del tiempo, el amor vivido intensamente, la soledad… Me sigo maravillando cada vez que releo páginas de este El secreto del orfebre y puedes casi palpar los sentimientos de los personajes. Había oído a amigos (frikis) que este era su libro favorrito de Elia, y no exageraban.

Conclusión

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

Pues, qué te voy a decir que no te haya dicho ya. Que lo compres, lo pidas prestado, lo cojas en tu biblioteca municipal o me lo robes a mí. Pero léelo.

¡Ojo, que llega el asterisco!

* la versión que actualmente publica Roca Editorial incluye al final unas páginas encontradas del diario de Celia, escritas por la autora años después para redondear la obra y ofrecernos el otro punto de vista y un pequeño “encaje de piezas” adicional. Yo ya he comprado el libro para regalar y opté por esa versión. Leí el fragmento y no lo recomiendo. ¿Por qué? Pues porque, sabiendo que A ha hecho sufrir a B y B ha hecho sufrir a A, el punto de vista único de Pablo era… más amable (dentro del drama). La versión de Celia, resumida en unas confesiones en primera persona, se me hacen demasiado difíciles y le dan al conjunto una carga de tristeza adicional que, en la primera versión, estaba perfectamente balanceada. En mi opinión. A partir de ahora iré buscando ediciones anteriores por todos lados para regalar 😉

Si te ha convencido el libro, comprando aquí “El secreto del orfebre” ayudas al mantenimiento del blog.

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