Elegir un título

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Elegir un título

Que no ha de juzgarse un libro por las tapas todos lo sabemos bien, pero también sabemos que hay títulos que no invitan precisamente a comprar una novela, o que dan a entender un contenido que puede parecer lo que no es. Por ejemplo, si escribimos una novela de ciencia ficción cyberpunk, por mucho que el protagonista viva un montón de aventuras fantásticas, titularla “Las fantásticas aventuras de Johnny Silverhand” (©) la haría parecer una historieta pulp como las de hace más de medio siglo. Y es que, hay que saber bien cómo elegir un título.

Por eso hemos de cuidar bien el título que elegimos para nuestra obra ya que, aún en las etapas más tempranas de la creación, servirá de carta de presentación tanto a lectores de prueba como, si nos vamos quedando con ese “título provisional”, a futuros editores.

Analicemos a continuación algunos títulos de famosas obras ya existentes, para ver cómo funcionan y cuál de ellos podría ajustarse mejor a nuestra obra:

Palabra clave

El título de la novela es, o bien el nombre de un elemento clave de la novela (Vurt, Dune, Ubik, Fundación, Solaris), o una palabra muy descriptiva (1984Tormenta, Mujercitas). Si tu obra gira en torno a un mundo, una invención o algo similar, sin duda el primer caso puede serte muy útil. El segundo… bueno, yo creo que hay opciones mejores.

Nombre propio

Ana Karenina. Agnes Cecilia. Realmente el título en este caso aporta bien poco, y la novela va a tener que labrarse la fama muy “a pelo”, sin que el título ayude lo más mínimo. Suelen ser novelas muy centradas en el personaje principal, tanto en la completa historia de su vida como en un periodo concreto. Hace tiempo que títulos así no están especialmente de moda.

(artículo) tal de cual

Juego de tronos, Choque de reyes, Tormenta de espadas, Festín de cuervos (¿Alguien más ve cierto patrón en los títulos de este señor?), Cuentos de Terramar… Pero también con artículo: El juego de Ender, La gente del margen, Los juegos del hambre, El nombre del viento, El día del dragón, etc. No muy largos, no muy cortos, permiten dar una somera idea de qué va la historia sin destriparla por completo. Son títulos que funcionan bien, creo yo. Tanto es así que elegí para mi primera novela el título Escape de 21-13.

Nombre + adjetivo

Luna nueva, Juego mortal, Mona Lisa acelerada, Tiempos interesantes, es un caso casi idéntico al anterior, aunque creo que, por exceso de concisión, le falta pegada. Y es solo una preposición y tal vez un artículo, pero creo que dejan el título más redondo, más atractivo a la vista del futuro lector.

Fantástico, increíble, lomásmolón

Aquí estamos refiriéndonos a los más grandes. Esa gente que comprende que su historia es genial, pero que no espera que tú lo comprendas salvo que te lo den bien mascadito en el título. Viaje alucinante, The Incredible Adventures of Cinnamon Girl, y premio especial para Lost in Shangri-la: A True Story of Survival, Adventure, and the Most Incredible Rescue Mission of World War II (¡toma ya!). Salvo que el tono de la obra lo permita (La luz fantástica) hay que tener mucho valor para autodenominar tu propia novela de este modo. Sí, estamos hablando del tipo de gente que pone en la parte trasera “Un libro que no dejará indiferente a nadie”.

Título enormemente largo

Aquí tenemos doblete para la mención especial del punto anterior. Puedes tener un interés humorístico para un título desmesuradamente largo, pero no tiene por qué. “Alicia a través del espejo”, por ejemplo, realmente se titula Alrededor del espejo y lo que Alicia encontró allí, que para un título no está nada mal… Otros famosos escritores también han dado quebraderos de cabeza a los maquetadores de portadas, como Gabriel García Márquez (La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada), Charles Bukowski (El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco) o Stieg Larsson (La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina). En general, es algo que desaconsejo totalmente, pero en última instancia es el autor quien mejor conoce su obra.

¿Y vosotros, veis vuestros títulos entre alguna de estas categorías?

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